
Pregunta:
Respuesta:
No hay una respuesta definitiva de por qué en algunas situaciones Jesús Instruyó a la persona curada a que se lo dijera a los demás y a los demás a que no lo dijeran. El contexto es probablemente la pista más importante.
La respuesta más sensata son las preocupaciones prácticas. Muchas veces en los Evangelios, después de que Jesús realiza un milagro de curación, las multitudes se reúnen a su alrededor, lo que le hace casi imposible moverse (Mateo 8:18, Marcos 1:45).
Marcos 1 habla de un leproso que es curado. Jesús le ordena que no se lo diga a nadie, sino que vaya inmediatamente a los sacerdotes y realice la limpieza prescrita. Jesús quiere que los sacerdotes sean los primeros en enterarse del milagro. Esto iba a ser una prueba para los sacerdotes de la legitimidad del ministerio de Jesús. Quizás Jesús no quería que el hombre se lo dijera a nadie porque no quería que sus enemigos entre los sacerdotes tuvieran tiempo de preparar un contraargumento al milagro. Si supieran de antemano que el hombre vendría, podrían conspirar para sembrar dudas sobre la historia o sus detalles.
En Marcos 5, Jesús sana a un poseído. Jesús no le ordena al hombre que se lo cuente a todos, sino simplemente que vaya a casa y comparta la alegría con su familia. Esto no es especialmente sorprendente y parece bastante sencillo.