
Pregunta:
Respuesta:
La autoridad para atar y desatar no significa que el Papa y los obispos puedan hacer lo que quieran. La expresión se refiere a prohibir o permitir ciertas cosas en relación con los mandamientos, pero esto no se aplica a los mandamientos en sí. Por ejemplo, el mandamiento es santificar el sábado. Las cosas particulares que están permitidas o prohibidas en el sábado son parte de la autoridad para atar y desatar, pero el mandamiento en sí no puede abolirse.
Atar y desatar se refieren a las leyes de la iglesia, no a las leyes divinas. La diferencia entre ambas es tan grande que el derecho canónico se refiere a las leyes eclesiásticas como “meramente derecho eclesiástico” (can. 11). La Iglesia tiene claro que sus enseñanzas sobre la ordenación provienen de la ley divina y no de la “mera” ley de la Iglesia.