
Pregunta:
Respuesta:
Poema del Hombre-Dios, una obra en prosa de varios volúmenes escrita por María Valtorta, pretende ser un relato fáctico de la vida de Cristo revelada por el mismo Jesús. El interés por la obra creció después de que uno de los supuestos videntes de Medjugorje afirmara que la Virgen María había autorizado la lectura del libro. La historia del libro lleva a cuestionar la credibilidad de esta afirmación. En 1960 El poema del hombre-dios, entonces un conjunto de cuatro volúmenes, se colocó en el Índice de Libros Prohibidos. El periódico oficial del Vaticano, L'Osservatore Romano, resumió las conclusiones del Santo Oficio en un artículo titulado “Una vida de Jesús mal ficticia”. Cuando los editores intentaron eludir esta condena al año siguiente publicando una nueva colección de diez volúmenes, la obra fue nuevamente condenada en el periódico vaticano, que la calificó de “una montaña de puerilidad, de fantasías y de falsedades históricas y exegéticas, diluidas en una atmósfera sutilmente sensual”.
Las “visiones” y “dictados” a que se refiere la obra, El poema del hombre-dios, son simplemente las formas literarias utilizadas por la autora para narrar a su manera la vida de Jesús. No pueden considerarse de origen sobrenatural.
Además, en correspondencia con Catholic Answers, Nuncio Apostólico, Arzobispo Agostino Cacciavillan, señaló que, aunque el Índice fue abolido en 1965, aún conserva su fuerza moral, y los fieles católicos deben prestar atención a las reservas y advertencias expresadas en él.
Es necesario reiterar que las supuestas “visiones”, “revelaciones” y “mensajes” contenidos en los escritos de María Valtorta –o, en todo caso, atribuidos a ella– no pueden ser considerados como de origen sobrenatural, sino que deben ser considerados simplemente como formas literarias que la autora utilizó para narrar la vida de Jesucristo a su manera.
En su larga tradición, la Iglesia no acepta como normativos los evangelios apócrifos y otros textos similares, pues no los reconoce como divinamente inspirados, sino que se remite a la lectura segura de los evangelios inspirados.