
Pregunta:
Respuesta:
Digamos que la Iglesia ha mirado con cierta reserva a lo largo de los años esta teoría, la “teoría de las cuatro fuentes” o hipótesis de Wellhausen. Esto ha variado desde una prohibición práctica de que los eruditos católicos sostengan la teoría (las inferencias extraídas de las diversas respuestas de la Pontificia Comisión Bíblica durante el reinado de San Pío X) hasta algo casi parecido a una aprobación práctica (el uso por parte de San Juan Pablo II de la cuádruple división para explicar el texto del Génesis en su teología del cuerpo).
La cuestión principal de la tradición es el papel de Moisés en la formulación del Pentateuco, o los primeros cinco libros del Antiguo Testamento. Parecería que se requiere alguna forma de autoría mosaica, pero la naturaleza de ésta se deja al juicio de los eruditos. También se desprende claramente de la práctica de San Juan Pablo II que el uso de esta fórmula de interpretación es lícito, cualquiera que sea su valor histórico último.
La mayoría de los eruditos bíblicos considerarían irremediablemente ingenuo cuestionar la realidad de múltiples fuentes, pero en la actualidad hay más variedad y libertad con respecto a las diversas teorías que podrían adoptarse, y tal vez incluso un ligero movimiento hacia hipótesis más tradicionales; por ejemplo, en el trabajo de la erudita protestante Margaret Barker.