
Pregunta:
Respuesta:
La Iglesia no tiene una enseñanza oficial sobre los alimentos genéticamente modificados, también conocidos como organismos genéticamente modificados (OGM).
El Papa Francisco ha expresado su preocupación de que la modificación genética de los alimentos pueda producir resultados sobresalientes en el laboratorio, que “pueden ser ventajosos para algunos, pero tener efectos ruinosos para otros”. El Papa añadió:
La selección genética de una calidad de planta puede producir resultados impresionantes en términos de rendimiento, pero ¿hemos considerado el terreno que pierde su capacidad productiva, los agricultores que ya no tienen pastos para su ganado y los recursos hídricos que se vuelven inutilizables? Y sobre todo, ¿nos preguntamos si contribuimos y en qué medida a alterar el clima?
Además, la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) ha ofrecido críticas constructivas. y también expresó esperanza en cómo se podrían utilizar los OGM:
El debate sobre la ayuda alimentaria genéticamente modificada refleja dos cuestiones morales clave: ¿Quién decidirá sobre el uso y la disponibilidad de estas nuevas tecnologías? ¿Y quién se beneficiará de ellos? Algunas personas y países buscan rechazar los productos genéticamente modificados. Tienen grandes preocupaciones sobre los riesgos para la salud y el medio ambiente. También temen que otros cultivos se vean afectados por semillas genéticamente modificadas, lo que provocaría la pérdida de algunos socios comerciales. Aceptamos su derecho a evaluar los riesgos y a optar por rechazar estos productos siempre que no se pongan en riesgo vidas. . . .
Los productos y procesos agrícolas desarrollados a lo largo del tiempo por los pueblos indígenas no deberían ser patentados por personas ajenas sin el consentimiento y una compensación justa. Para garantizar que los países pobres puedan aprovechar las nuevas tecnologías, se necesitarán estrategias y programas para ayudar a transferir estas tecnologías de manera asequible. La fuerza impulsora de este debate no debería ser el beneficio o la ideología, sino cómo se puede superar el hambre, cómo se puede ayudar a los agricultores pobres y cómo la gente participa en el debate y las decisiones.