
Pregunta:
Respuesta:
Nuestro asentimiento religioso es a la autoridad de la Iglesia, no a una opinión como tal. A veces hay enseñanzas que no están definidas; por ejemplo, algunas de las enseñanzas relativas a la autoría o las formas de ciertos libros de la Biblia, que un cristiano puede aceptar en obediencia a la autoridad mientras aún espera una aclaración. Entonces lo que realmente hacemos es expresar nuestro amor a la Iglesia cuando obedecemos respecto a ciertas opiniones; no violentamos nuestra mente, que todavía puede ver que estas opiniones pueden cambiar.
En cuanto a las enseñanzas dogmáticas, si algún clérigo nos dijera que rechazáramos aquellas en favor de otras nuevas, sabríamos de inmediato que no debemos obediencia a ellas. San Pablo dice en la epístola a los Gálatas que incluso si apareciera un ángel y enseñara un evangelio diferente al que él enseñó, no debemos someternos en ese caso. En la práctica, en la historia de la Iglesia, aquellos que son fieles católicos decididos a permanecer en la comunión de la Iglesia han podido ver la diferencia.