Pregunta:
Respuesta:
Tu amigo tenía razón en todo lo que decía. El Concilio Vaticano II, en Lumen gentium, afirmó que la Iglesia es el pueblo de Dios. Los protestantes ven esto como tal. Ellos entienden iglesia como nombre para un cuerpo de personas sin estructura que siguen a Cristo y creen en su divinidad como la segunda Persona de la Santísima Trinidad, revelada únicamente en la Biblia.
Los católicos, por otra parte, entienden la Iglesia también en términos de una estructura jerárquica, con una autoridad definida que le otorga Jesús en la persona de Pedro y, por tanto, a sus sucesores. Vemos en las Escrituras mucha evidencia de que Jesús prestó atención personal a los apóstoles, preparándolos para ministrar después de que él ya no estuviera con ellos. “Cualquiera que a vosotros oye, a mí me escucha; el que a vosotros rechaza, a mí me rechaza, y el que a mí me rechaza, rechaza al que me envió” (Lc 10). No había ninguna razón para que él los preparara solo para toda su vida. Los primeros Padres de la Iglesia lo verifican. La Iglesia primitiva no cae en la visión protestante de un cuerpo de creyentes sin estructura ni sacramentos. Estaba jerárquicamente estructurado y sacramental. El canon del Nuevo Testamento, en el que los protestantes basan toda su fe, es producto de esta Iglesia. (Ver “Los problemas del primitivismo”.)