
Pregunta:
Respuesta:
Es importante incluir Mateo 18:18 en este pasaje, porque sólo las autoridades legales de la Iglesia tienen el poder dado por Dios para disciplinar formalmente a los discípulos descarriados. Cuando uno de los fieles se extravía y la Iglesia lo disciplina públicamente, esto puede incluir la prohibición de la Sagrada Comunión (interdicto) o incluso la excomunión.
Sin embargo, incluso en casos tan graves, la Iglesia no prohíbe a las partes infractoras cualquier interacción con la Iglesia. De hecho, aquellos que son disciplinados todavía tienen la obligación moral de cumplir con su obligación dominical participando en la Misa en la medida de sus posibilidades, aunque decidan no hacerlo.
En consecuencia, vemos que estas penas tienen la intención de ser reparadoras, es decir, hacer que una persona descarriada vea el error de su camino y se arrepienta. Entonces, incluso cuando los fieles se descarrían, la Iglesia está llamada a emular al Salvador y buscarlos, lo que Jesús deja muy claro en los versículos anteriores de la parábola de la oveja perdida (Mateo 18:12-14).
Por otro lado, no debemos apoyar ni dejarnos desviar por las fechorías de las ovejas descarriadas y, por lo tanto, debemos regular nuestras interacciones con ellas en consecuencia.