
Pregunta:
Respuesta:
La respuesta sencilla es sí, por supuesto, porque un divorcio civil (secular) no pone fin al matrimonio, que es un sacramento de unión para toda la vida. De hecho, esta sería la situación ideal cuando, por razones graves, una pareja se divorciara (o separara) civilmente con la esperanza de que algún día se superaran las graves razones que requirieron una medida tan nefasta como el divorcio y pudieran volver a estar juntos. .
De hecho, ni siquiera es necesaria una nueva boda por parte de la Iglesia, ya que el hombre y la mujer siguen casados. Aun así, puede ser necesario un nuevo acuerdo civil para renovar los efectos legales del matrimonio, si así se desea. Pero éste no es un requisito moral estricto. La pareja siempre es libre de reunirse físicamente, ya que moralmente todavía están casados, pero si quieren obtener los efectos financieros y fiscales del matrimonio civilmente, entonces deben dirigirse a la autoridad civil para ello.
Cabe señalar que si hay una parte inocente, digamos en el caso de adulterio, él o ella al volver a juntarse físicamente por ese mismo hecho han renunciado al reclamo de divorcio o separación. Esto significa que las relaciones entre cónyuges divorciados o separados deben tener como objetivo volver a unirse de forma permanente tan pronto como puedan.
Sin embargo, hay una seria reserva. Si el matrimonio se rompió la primera vez debido a algún defecto que invalidó la primera unión, entonces ese defecto debe examinarse y solucionarse, pero si no existió tal defecto, entonces la pareja es libre de volver a una vida en común.