
Pregunta:
Respuesta:
Depende de lo que quieras decir con perseguir. No hay duda de que en la alta Edad Media hasta el siglo XVIII, las autoridades de la Iglesia, tanto locales como romanas, respaldaron la segregación y limitación de acción de la población judía de las ciudades. Se trataba de una situación jurídica que surgió de la legislación del Imperio Romano, incluso antes del cristianismo, por lo que aspectos de la misma no estaban directamente relacionados con el carácter cristiano sino más bien con el carácter romano de la vida política en Europa.
Como la mayoría de la gente, los cristianos antiguos tendían a ajustarse al sistema legal al que estaban acostumbrados, a menos que les exigiera negar directamente su fe. Se puede ver en los Hechos de los Apóstoles y las epístolas del Nuevo Testamento cuán suave es la actitud de los primeros escritores cristianos hacia el sistema romano, incluso cuando estaba a punto de perseguirlos. Sin embargo, al principio los judíos estaban ansiosos por presentar a los cristianos ante las autoridades civiles romanas como seguidores proscritos de una superstición, por lo que las primeras grandes persecuciones contra los cristianos en ciertas áreas locales fueron instigadas por las autoridades judías. San Pablo es un claro ejemplo antes de su conversión, y si se leen las actas del martirio de San Policarpo, discípulo de San Juan el discípulo amado, se puede ver cómo fueron las cosas en aquellos días.
Aun así, es muy cierto que todo juicio precipitado que conduzca a la injusticia basándose únicamente en estereotipos étnicos es inmoral porque va en contra de la ley suprema de nuestra religión, que es la caridad. ¡La historia es a veces un asunto deprimente!