
Pregunta:
Respuesta:
En resumen, la Iglesia enseña que no es necesario tomar medidas extraordinarias para mantener a alguien con vida, por ejemplo, el uso de un ventilador cuando el sistema respiratorio de una persona se está apagando.
Al mismo tiempo, la Iglesia enseña que nunca se debe abandonar la atención médica ordinaria, es decir, los alimentos y los líquidos, incluso cuando se toman por vía intravenosa, a menos que recibir alimentos o líquidos produzca más daño que beneficio porque el cuerpo de una persona se está apagando.
En todos los casos, una persona en las últimas etapas de la vida debe recibir buenos cuidados paliativos, incluido oxígeno por vía nasal y también productos farmacéuticos para el control del dolor, los cuales ayudarán a que el paciente se sienta cómodo en sus últimos días mientras se prepara para la muerte.
Desafortunadamente, hoy en día muchos hospitales practican una forma de eutanasia mediante la retención de alimentos y líquidos porque los médicos consideran que el paciente ha alcanzado una “calidad de vida” disminuida. De lo contrario, la persona podría morir en sólo semanas o meses debido a su condición física, pero termina muriendo antes de hambre y deshidratación. Tales prácticas bioéticas no son éticas porque sientan el precedente para poner fin a la vida que otros consideran que tienen una calidad de vida disminuida, incluso porque se perciben como una carga para la sociedad, por ejemplo, aquellos con síndrome de Down.
Para obtener más información sobre este tema, consulte nuestra respuesta anterior sobre cuidados extraordinariosAdemás, para obtener más información, incluida la obtención de una directiva anticipada para garantizar que se sigan los principios católicos en la atención al final de la vida para usted y su ser querido, lo alentamos a que se comunique con Vida Humana Internacional y Centro Nacional Católico de Bioética.