
Pregunta:
Respuesta:
Las clases de reliquias son:
- Primera clase: una parte real del santo (por ejemplo, fragmento de hueso, cabello, etc.) o directamente relacionada con la Pasión del Señor (por ejemplo, una astilla de la verdadera cruz)
- Segunda clase: algo que era propiedad del santo o algo que se usó para torturar a un mártir.
- Tercera clase: cualquier cosa que haya tocado una reliquia de primera clase.
Si bien las reliquias pueden ser transferidas de una persona o grupo a otro por un precio moderado para cubrir los costos de transferencia o exhibición, está absolutamente prohibido vender la reliquia en sí (can. 1190 §1).
La autenticidad de una reliquia es una cuestión de juicio prudencial. Es casi seguro que una reliquia que proviene de la orden religiosa del santo es auténtica. Es casi seguro que una “reliquia” que se vende en un callejón no es auténtica. La mayoría, obviamente, se sitúan en algún punto intermedio, y se necesita un simple juicio para distinguirlos. En ocasiones, la Iglesia “certifica” (a falta de una mejor expresión) ciertas reliquias, pero este es un proceso falible, y para la mayoría de las reliquias reclamadas debemos usar nuestro criterio.
La razón por la que las reliquias auténticas son importantes es que realmente nos ayudan a tener fe. De la misma manera que todavía conservo cosas de familiares y amigos fallecidos como una forma de mantener una conexión con ellos, las reliquias nos ayudan a mantenernos conectados con los santos y la inspiración de sus vidas.