
DÍA 330
RETO
“Jesús no puede ser Dios si dijo: 'El Padre es mayor que yo' (Juan 14:28)”.
DEFENSA
La divinidad de Cristo es consistente con la declaración de Jesús.
Jesús tiene la misma naturaleza que su Padre: ambos son divinos, ambos Dios. Esto no significa que el Hijo no ocupe un lugar menor en otros aspectos.
Para considerar una analogía humana, tanto un padre como un hijo son iguales en naturaleza, pero el padre ocupa un lugar más alto en las relaciones dentro de la familia. Además, si envía a su hijo a una misión, el hijo tiene un lugar inferior respecto de la misión: es el enviado, no el que envía.
Ambos entendimientos se aplican a Jesús. Primero, “llamó a Dios su Padre, haciéndose igual a Dios” (Juan 5:18). Por tanto, es igual al Padre en naturaleza. Sin embargo, por ser Hijo, ocupa el segundo lugar después del Padre en las relaciones divinas. Por tanto, él es la Segunda Persona de la Trinidad, no la Primera.
Él también está en una misión. “Dios envió a su Hijo al mundo, no para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él” (Juan 3:17). Esto implica que el Hijo jugó un papel subordinado en esa misión, porque “un siervo no es mayor que su señor; ni el que es enviado es mayor que el que lo envió” (Juan 13:16).
Al final de la misión, Jesús ora al Padre, diciendo: “Yo te glorifiqué en la tierra, habiendo cumplido la obra que me encomendaste hacer; y ahora, Padre, glorifícame en tu presencia con la gloria que tuve contigo antes que el mundo fuera creado” (Juan 17:4-5).
Esto explica el significado de la afirmación de Jesús acerca de que el Padre es más grande. En su contexto original, Jesús estaba tranquilizando a los discípulos acerca de su próxima partida, cuando dijo: “Si me amarais, os alegraríais porque voy al Padre; porque el Padre es mayor que yo” (Juan 14:28). Si los discípulos aman a Jesús, deberían regocijarse porque su obra ha terminado. Él regresa para ser nuevamente glorificado por el Padre, quien tiene el rango más alto como Padre y como quien lo envió. CONSEJO
Para más información sobre cómo el Evangelio de Juan enseña la divinidad de Jesús, consulte el Día 12.