
DÍA 57
RETO
"La idea de reinos sobrenaturales como el cielo y el infierno es científicamente absurda".
DEFENSA
Al contrario: los propios científicos proponen la posibilidad de reinos con propiedades diferentes a las de nuestro mundo.
La literatura científica contemporánea está llena de propuestas de que nuestro universo podría ser sólo un reino entre una colección mucho más grande. Este conjunto de reinos, denominado “multiverso”, se propone a menudo como una forma de explicar por qué nuestro universo tiene múltiples propiedades que parecen estar perfectamente adaptadas para permitir la existencia de vida.
Los científicos reconocen que sería muy improbable que un solo universo tuviera tales propiedades por pura casualidad. En consecuencia, algunos proponen que existe una gran cantidad de universos, cada uno de los cuales tiene propiedades diferentes, lo que hace probable que al menos uno tenga las propiedades necesarias para que exista vida. (Una alternativa sería decir que nuestro universo fue diseñado para tener estas propiedades).
Incluso se propone que estos reinos puedan interactuar entre sí (por ejemplo, la “cosmología de las branas” propone que nuestro universo pudo haber comenzado cuando dos de esos reinos colisionaron, produciendo el Big Bang).
Hasta el momento no tenemos evidencia científica de que tales reinos existan, pero el hecho de que los científicos los propongan muestra que no es científicamente absurdo sugerir la existencia de reinos fuera del mundo visible que tienen propiedades diferentes a las de éste, o que son capaz de interactuar con él.
De hecho, incluso antes de la física contemporánea, se estaban debatiendo estos ámbitos. En 1884, Edwin Abbott publicó un libro histórico llamado Flatland: A Romance of Many Dimensions, en el que contemplaba la forma en que podrían interactuar mundos con diferente número de dimensiones. Abbott propuso muchos ejemplos en los que un visitante de una dimensión superior podría ser capaz de producir efectos que, desde una perspectiva ordinaria, serían considerados milagrosos. De hecho, los paralelos con la religión son tan claros que un personaje de la novela termina recibiendo el encargo de “apóstol” para predicar “el Evangelio de las Tres Dimensiones”.
Esto no quiere decir que reinos sobrenaturales como el cielo y el infierno sean simplemente otras dimensiones u otros universos según el modelo propuesto por los físicos modernos o por autores como Abbott. Sin embargo, esto muestra la defendibilidad intelectual de la idea de que podrían existir reinos con propiedades diferentes e interactuar con el nuestro.