
DÍA 344
RETO
“1 Corintios 3 no es un buen texto para el purgatorio: (1) Pablo habla de ministros, no de gente común; (2) se están probando sus obras, no ellos; y (3) esto sucede en el Día del Juicio, no al final de la vida”.
DEFENSA
Ninguna de estas objeciones priva al pasaje de su valor probatorio.
Primero, en 1 Corintios 3:10–17, Pablo usa una metáfora que compara la iglesia de Corinto con un templo. Él puso sus cimientos y ahora otros están construyendo sobre ellos. En el contexto circundante, Pablo se refiere a otros ministros (Apolo y Pedro), pero no limita sus comentarios a los ministros.
Dice: “Cada uno tenga cuidado de cómo edifica” los cimientos del templo (v. 10) y advierte: “Si alguno destruye el templo de Dios, Dios le destruirá a él” (v. 17). Esto sugiere una aplicación a todos los miembros de la iglesia, ya que todos tienen un papel que desempeñar en la “edificación” de la iglesia (1 Cor. 8:1, 10:23, 14:12), y todos tienen el potencial de “destruir” en la iglesia (1 Corintios 8:11). Incluso si Pablo estuviera pensando exclusivamente en los ministros en este pasaje, el principio tiene una aplicación más amplia que incluye a todos, porque Dios “pagará a cada uno según sus obras” (Ro. 2:6).
En segundo lugar, Pablo habla de personas que edificaban “sobre cimientos, con oro, plata, piedras preciosas, madera, heno y paja” (v. 12) y que eran probadas con “fuego” (v. 13a). Aunque el objeto de la prueba es “qué trabajo ha hecho cada uno” (v. 13b), esto tiene consecuencias existenciales para el trabajador: “recibirá recompensa” (v. 14) o “sufrirá pérdida” (v. 15a). Si es lo último, “él mismo será salvo, pero sólo como por fuego” (v. 15b). Así, Pablo compara la situación de ese hombre con la de una persona que escapa de un templo en llamas.
En tercer lugar, aunque Pablo dice que "el día revelará" la obra de cada uno (v. 13), estaba escribiendo en un momento en el que esperaba que gran parte de su audiencia estuviera viva en la Segunda Venida (cf. 1 Cor. 15:51). ; 1 Tes. 4:15, 17). Si alguien está vivo en el Día del Juicio, entonces será cuando esto suceda. Sin embargo, para aquellos que mueren antes del Día del Juicio, ocurre cuando estamos ante el Señor en el juicio particular (CIC 1021-22). Por lo tanto, siempre que se presenten ante el Señor, incluso los salvos pueden tener una prueba comparable a escapar de las llamas.