
DÍA 128
RETO
“La resurrección de los muertos es absurda. Un antiguo podría creer que Dios podría reanimar cadáveres, pero después de la muerte nuestros cuerpos se descomponen en sus elementos constituyentes. Además, las partículas del cuerpo de una persona pueden terminar en el cuerpo de otra”.
DEFENSA
La creencia en el más allá es un universal humano. Esta es una señal de que existe. La pregunta es qué forma adopta. Dios ha revelado que la otra vida incluye una eventual resurrección corporal. Lo ha demostrado al resucitar a Jesús de entre los muertos (sobre la conexión entre la resurrección de Jesús y la nuestra, ver 1 Cor. 15).
La idea de que los antiguos podían creer en la resurrección de los muertos porque no eran sofisticados es un esnobismo cronológico. Eran tan conscientes como nosotros de que el cuerpo se descompone en partículas diminutas. En el primer libro de la Biblia, Dios proclama al hombre: “Polvo eres, y al polvo volverás” (Gén. 3:19).
En la época de Jesús era costumbre sepultar un cuerpo y luego, una vez que la carne se había descompuesto de los huesos, regresar, limpiar los huesos y colocarlos en un recipiente conocido como osario. De este modo, las personas entraban en contacto inmediato con el deterioro de los cuerpos de sus seres queridos. Los antiguos tampoco ignoraban el hecho de que, mediante el canibalismo o por medios menos directos, la materia del cuerpo de una persona podía acabar en el de otra. Los filósofos medievales exploraron esta cuestión en detalle.
La parte fundamental del hombre que garantiza la identidad personal en el tiempo es el alma, que es la “forma” del cuerpo (CCC 365). Sin embargo, a lo largo de nuestras vidas, la materia que forma nuestro cuerpo cambia dramáticamente.
La Comisión Teológica Internacional señala: “La Iglesia nunca ha enseñado que se requiere la misma materia para que se diga que el cuerpo es el mismo. Pero el culto a las reliquias, mediante el cual los cristianos profesan que los cuerpos de los santos que eran miembros vivos de Cristo y templo del Espíritu Santo deben ser resucitados y glorificados por Cristo, muestra que la resurrección no puede explicarse independientemente del cuerpo que una vez vivió. ”(Algunas preguntas actuales en escatología 1.2.5).
Por lo tanto, la teología cristiana sostiene que el cuerpo resucitado está conectado con el que vivió anteriormente, pero no que contiene toda la materia que alguna vez fue parte de él en vida.