
DÍA 44
RETO
“¿Cómo pueden ser exactos los evangelios de Marcos y Lucas? Ni Marcos ni Lucas fueron testigos oculares de Jesús”.
DEFENSA
No es necesario ser testigo presencial para escribir una biografía precisa.
Hoy en día los biógrafos no tienen por qué conocer a la persona sobre la que escriben. Ni siquiera tienen que estar vivos al mismo tiempo que su sujeto. Considere todas las biografías recientes de Abraham Lincoln. Ningún autor moderno fue testigo ocular de Lincoln, pero la gente no descarta sus biografías por ese motivo. Lo que importa es que un biógrafo tenga acceso a fuentes confiables, y tanto Marcos como Lucas lo tuvieron.
Según Juan el Presbítero del siglo I, que probablemente fue uno de los autores del Nuevo Testamento y a quien a veces se le identifica como el apóstol Juan, Marcos sirvió como intérprete de Pedro (cf. 1 Pedro 5:13) y escribió su Evangelio. basado en su conocimiento de la predicación de Pedro (véase Eusebio, Historia de la Iglesia 3:39:14–15). Basados en la inusual prominencia de Pedro en el Evangelio de Marcos, los eruditos en general han estado de acuerdo en que esto es correcto. Richard Bauckham incluso ha argumentado que Marcos utiliza un recurso literario conocido como inclusio para señalar el hecho de que Pedro respalda la información de su Evangelio (véase Jesús y los testigos oculares, capítulos 6-7). Por tanto, Marcos se basa en el testimonio de testigos presenciales.
De manera similar, Lucas nos informa al comienzo de su Evangelio que la información contenida en él “nos fue transmitida por los que desde el principio fueron testigos oculares y ministros de la palabra” (Lucas 1:2). Incluso podemos decir de qué testigos provino gran parte de la información. Primero, Lucas usó a Marcos como una de sus fuentes, por lo que parte de su material provino de Pedro a través de Marcos. En segundo lugar, Lucas pasó varios años con Pablo en Roma (Hechos 28:16, 30), donde Pedro también pasó la última parte de su ministerio. Por lo tanto, Pedro sirvió como fuente importante para Hechos 1–12 (ver Día 26), y Lucas probablemente también derivó parte del material de su Evangelio directamente de Pedro.
También podemos detectar otras fuentes. Por ejemplo, Lucas preserva tradiciones derivadas de la Virgen María, y lo señala al notar cómo María “guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón” (Lucas 2:19, cf. 2:51).