
DÍA 25
RETO
“La Iglesia encubrió el matrimonio de Jesús con María Magdalena. El Evangelio de Felipe dice que estaban casados, y los hombres judíos no permanecían solteros en los días de Jesús, por lo que él no habría sido célibe”.
DEFENSA
Había hombres judíos célibes en los días de Jesús, y la evidencia muestra que Jesús permaneció soltero.
El Evangelio de Felipe es un escrito del siglo II o III en lengua copta. No contiene una historia confiable y no describe a María como la esposa de Jesús, sino como una compañera, como lo fue junto con otros (ver Lucas 8:1–3).
Hay varias mujeres llamadas María en el Nuevo Testamento y, para aclararlas, se las conoce con varios apelativos. Normalmente, las mujeres eran referidas por sus parientes masculinos, como en “María, la madre de Jesús” (Hechos 1:14). Si María Magdalena fuera la esposa de Jesús, se la llamaría “María, la esposa de Jesús”, pero no lo es. “Magdalena” es el nombre de un lugar. Magdala era una aldea junto al mar de Galilea, y ella era “María de Magdala” (Juan 19:25, 20:1, 18). El hecho de que se haga referencia a ella por el nombre de un lugar indica que no tenía un padre, esposo o hijo por cuyo nombre pudiera ser llamada.
Había hombres judíos célibes en la época de Jesús, al igual que antes. El profeta Jeremías fue uno de ellos (Jer. 16:1-2). En el siglo I, el celibato se practicaba entre los judíos tanto de forma individual (Vida de Josefo 2) como entre grupos como los Theraputae (Filón, Sobre la vida contemplativa 3[21]), los esenios (Filón, Hipotética 11:14; Josefo , Antigüedades 18:1:5, Guerra, 2:8:2), y los cristianos (ver Día 92). Jesús recomendó el celibato como disciplina espiritual (“por amor al reino de los cielos”) a aquellos que pudieran aceptarlo (Mateo 19:11-12). Sería sorprendente que Jesús defendiera el celibato de esta manera si no lo practicara.
El Nuevo Testamento nunca habla de María Magdalena, ni de ningún otro individuo, como la esposa de Jesús. En cambio, habla de toda la Iglesia como su novia (2 Corintios 11:2–3; Efesios 5:21–32; Apocalipsis 19:6–9, 21:1–2, 9–10). Esto es significativo porque la metáfora de la Iglesia como la novia de Cristo no habría surgido si Jesús estuviera casado con una mujer individual y hubiera una “Sra. Jesús” en la Iglesia primitiva.