
DÍA 342
RETO
"Algunos salmos contienen un lenguaje violento y sanguinario que invoca la ira sobre (impreca) a los enemigos".
DEFENSA
La clave para comprenderlos es reconocer su género y los modos de lenguaje que emplean.
Los salmos fueron escritos en un mundo en el que la gente experimentaba muchos actos violentos que seguramente despertarían emociones poderosas. Sin embargo, expresar una emoción no es lo mismo que realizar literalmente un acto, y mucho menos significa que Dios aprobaría realizar literalmente el acto. Por tanto, los salmos utilizan un lenguaje hiperbólico para expresar emociones sin implicar la aprobación divina de los actos literales descritos. La Pontificia Comisión Bíblica escribe:
El género literario del lamento hace uso de expresiones exageradas y exasperadas, tanto en su descripción del sufrimiento, que siempre es extremo, . . . y en la solicitud de remedios, que deben ser rápidos y definitivos. Esto está motivado por el hecho de que tal oración expresa el estado emocional de quien se encuentra en una situación dramática. . . .
Las imágenes empleadas deben considerarse como metáforas: “quebrar los dientes a los impíos” (Sal. 3:7; 58:7) significa poner fin a las mentiras y la avaricia de los autoritarios; “aplastar a sus hijos contra la roca” significa aniquilar, sin posibilidad de que se reproduzcan en el futuro, las fuerzas malignas que destruyen la vida; y así sucesivamente (La Inspiración y Verdad de las Escrituras 129).
También señala:
En la oración imprecatoria no se realiza ninguna acción mágica que tenga un efecto directo sobre los enemigos; en cambio, el orante confía a Dios la tarea de administrar esa justicia que nadie en la tierra puede hacer. Hay en esto la renuncia a la venganza personal (ibid., 130).
También hay que recordar que los salmos fueron escritos en un estado de viaje de Israel antes de la revelación definitiva que vino con Jesucristo. La actitud de poner la otra mejilla y perdonar y orar por los enemigos aún no había sido revelada (Mateo 5:39, 43-44). Esta es una actitud sobrenatural que va más allá de una respuesta natural (Mateo 5:45-48). En consecuencia, en la etapa en que se escribieron los salmos, la respuesta humana natural fue la que encontró expresión.