
DÍA 86
RETO
“La carga de la prueba recae sobre aquellos que creen en Dios. Los ateos no tienen que demostrar que Dios no existe; los creyentes tienen que demostrar que así es”.
DEFENSA
Esto malinterpreta la carga de la prueba.
El concepto está tomado del derecho civil, donde se refiere a la obligación que tiene una parte de proporcionar pruebas suficientes para una reclamación o perder el caso. La ley estadounidense establece una presunción de inocencia, según la cual un fiscal debe demostrar que el acusado es culpable de un delito o será absuelto y tratado legalmente como inocente. La presunción de inocencia es una elección que nuestra sociedad ha hecho para favorecer a los acusados, para que los fiscales no utilicen el poder del Estado para condenar falsamente a un gran número de personas inocentes y provocar un reino de terror.
Sin embargo, la carga de la prueba funciona de manera diferente en otros entornos, como las discusiones filosóficas o religiosas.
Desde un punto de vista lógico, no importa si uno defiende una proposición (P) o su negación (no-P). A falta de pruebas, ninguna es más probable que la otra. En consecuencia, mientras las cosas permanezcan en abstracto, nadie tiene la carga de la prueba.
La carga se crea cuando una persona comienza a afirmar P o no-P. Si quiere convencer a una persona de una proposición o de su rechazo, entonces necesita ofrecerle las razones. Por lo tanto, la carga filosófica de la prueba no recae intrínsecamente en ninguna de las partes. Es algo que asumes cuando intentas convencer a otra persona de un puesto.
Todo esto se aplica a situaciones en las que uno afirma si algo existe. Hasta que no se considere la evidencia, ni la proposición “X existe” ni la proposición “X no existe” pueden considerarse más probables que la otra, y no importa qué sea X. Mientras no haya evidencia que favorezca la existencia o no existencia de X, ambas proposiciones son igualmente probables.
Por lo tanto, si un teísta quiere convencer a un no teísta de que Dios existe, debe proporcionar argumentos para su posición, y si un ateo desea convencer a un no ateo de que Dios no existe, de manera similar debe ofrecer argumentos para su posición. . La carga de la prueba la asume quien intenta convencer al otro.