
DÍA 144
RETO
“La Biblia no puede ser la palabra de Dios. Tiene pasajes donde Dios ordena a los israelitas exterminar a poblaciones enteras cuando entraron a la tierra prometida (Deuteronomio 7:1–2, 20:16–17)”.
DEFENSA
La respuesta todavía depende de si los pasajes están escritos literalmente.
Ayer consideramos que son literales. Aquí consideramos la opinión de que no son literales. Según este punto de vista, Dios no esperaba literalmente que los israelitas exterminaran a ciertos pueblos.
Convencionalmente se hace referencia a Moisés como el autor del Pentateuco porque es el líder principal que analiza. El Pentateuco no dice que Moisés sea su autor y contiene material que él no podría haber escrito, como el relato de su muerte (Deuteronomio 34).
Aunque el Pentateuco puede contener material que data de la época de Moisés, no adquirió su forma final hasta más tarde. En consecuencia, es posible que los pasajes relativos al exterminio de los cananeos no se escribieran hasta más tarde. Si son post-mosaicos, entonces no estaban destinados a realizarse literalmente, porque Israel ya vivía en esa tierra. En ese caso, habrían estado destinados a comunicar una lección espiritual.
Aunque no es un cuerpo del Magisterio de la Iglesia, la Pontificia Comisión Bíblica expresa una opinión común cuando escribe:
Como ya habían sugerido los mejores intérpretes de la tradición patrística [es decir, los Padres de la Iglesia], la narración de la epopeya de la conquista debería verse como una especie de parábola que presenta personajes de valor simbólico; la ley de exterminio, por su parte, requiere una interpretación no literal, como en el caso del mandato del Señor de cortarse la mano o sacarse el ojo, si son causa de escándalo (Mt 5; 29:18) (La Inspiración y Verdad de la Sagrada Escritura 9).
El retrato que se da de los cananeos en el Pentateuco es el de una gran depravación que incluso incluyó el sacrificio de niños (Deuteronomio 12:31, 18:10-12). Por el contrario, los israelitas están llamados a la santidad, porque son “un pueblo santo para el Señor” (Deuteronomio 7:6, 14:2; cf. Levítico 11:44, 20:26).
Los mandatos de exterminio pueden, por tanto, ser una forma de indicar la incompatibilidad radical del paganismo y el servicio a Dios: el paganismo debe evitarse por completo, aunque esto no significa un exterminio literal más de lo que Cristo quiso decir que literalmente deberíamos cortarnos la mano para evitar el pecado.