
DÍA 275
RETO
“Los Evangelios dicen que Jesús fue crucificado entre dos ladrones (Mateo 27:38; Marcos 15:27), pero esto es inexacto. Sabemos que los antiguos romanos sólo crucificaban a las personas que cometían actos de rebelión”.
DEFENSA
Los romanos crucificaban a los ladrones, pero estos dos probablemente eran rebeldes.
Robo no es lo mismo que hurto. Robar es apoderarse de la propiedad ajena, pero robar es apoderarse de ella por la fuerza. Hay un elemento inherente de violencia en el robo que lo diferencia del hurto.
Cuando el robo se comete en el agua, se llama piratería. Los piratas son ladrones que viajan por agua, y sabemos que los romanos a veces crucificaban a los piratas. Por ejemplo, cuando era joven y antes de ser líder político, Julio César fue secuestrado por piratas y retenido en una isla para pedir rescate. “Pero después de que llegó su rescate de Mileto, lo pagó y fue puesto en libertad, inmediatamente tomó naves y se hizo a la mar desde el puerto de Mileto contra los ladrones. Él los atrapó. . . y los crucificó a todos, tal como les había advertido muchas veces en la isla que haría, cuando pensaban que estaba bromeando” (Plutarco, Vida de Julio César 2:5–7).
Debido a la violencia inherente al robo, a menudo se mezclaba con la rebelión. Bandas de ladrones se escondían en el campo, tomando por la fuerza objetos de valor tanto de los lugareños como de los viajeros, y las autoridades políticas enviaban hombres para luchar contra ellos. Alternativamente, los revolucionarios políticos se escondían en el campo, tomando por la fuerza lo que necesitaban de otros, y las autoridades políticas los perseguían.
De cualquier manera, el robo estaba asociado con la lucha contra las autoridades políticas y, por lo tanto, había una sola palabra griega para describir a una persona que hacía estas cosas: lēstēs. Puede traducirse como “ladrón, bandolero, bandido” o “revolucionario, insurreccional, guerrillero” (Bauer, Arndt, Gingrich y Danker, A Greek-English Lexicon of the New Testament and Early Christian Literature, sv lēstēs).
Esta es la palabra usada para los dos “ladrones” crucificados con Jesús. También se usa para describir a Barrabás (Juan 18:40), “que había sido encarcelado por una insurrección iniciada en la ciudad y por asesinato” (Lucas 23:19; cf. Marcos 15:7).
Los eruditos han sugerido que, como “prisionero notorio” (Mat. 27:16), Barrabás encabezó la insurrección y los dos “ladrones” eran sus seguidores. Originalmente, Barrabás, su líder, habría sido crucificado entre ellos, pero Jesús tomó su lugar.